Del Cielo a la Tierra. El Yaguarundi

Este domingo un grupo de 16 ciclistas de montaña nos reunimos en la plaza de San Miguel Cuyutlan para subir y después descender a toda velocidad de la cumbre de Cerro Viejo por una nueva pista conocida como Yaguarundi.

El ascenso a la cima de Cerro Viejo lo hicimos a bordo de la camioneta de lift más fuerte que se pudiera conseguir. Una Jeep Wagoneer modelo 1985 nos traslado a nosotros con todo y bicicletas a través de 20km de uno de los caminos (si es que se le puede llamar camino) más empinado que he visto sin ningún problema.

Ascendimos hasta la cumbre a una altitud máxima de 2950m donde presenciamos paisajes imponentes en todas direcciones. Desde la cima, en la cara sur pudimos observar el Volcán de Colima, la laguna seca de Sayula, la sierra de San Juan Cosala donde claramente se distinguía la Chupinaya además de muchos pueblitos que se veían como pequeñas manchas. Por la cara norte se pudo observar completamente la laguna de Cajititlan e incluso algunos edificios de la ciudad de Guadalajara que se veían como pequeñas casitas.

Después de algunas horas de subir por fin descargamos todo de la camioneta y comenzamos el descenso. La primera parte sobre el camino principal hasta llegar a una explanada conocida como Mesa de la Gringa. Ahí nos adentramos al bosque y comenzó la diversión en la pista el Yaguarundi (el Yaguarundi es un tipo de puma. Especie protegida de Cerro Viejo).

Antes de comenzar a bajar, algunos de nosotros nos adelantamos caminando para ver lo que nos esperaba. Nuestra sorpresa fue no ver ningún camino e incluso pensar que no estábamos donde empezaba la linea. La verdad fue que la pista tenían un año sin ser visitada y mucho menos limpiada por lo que estaba cubierta con una gruesa capa de hojas secas.

Nuestro guía nos llevo a través de la montaña por donde realmente parecía que no existía camino. En muchas ocasiones el sendero se volvió un tanto desesperante pues además de que no se puede identificar que hay debajo de las hojas tienes cero por ciento de tracción y control en la bicicleta. Eso nos provoco a todos incontables caídas aunque todas ellas indoloras por el mismo colchón natural que nos hacía perder el equilibrio. Sin embargo, la inclinación del terreno además de muchos otros factores convierte al Yaguarundi en una pista excelente con muchísimo potencial.

Cuando estuvimos muy cerca de la base del cerro la vegetación cambio drásticamente. El último tramo rodamos sobre una larga sección con muchísimas piedras y esta vez sin hojas secas. En lo personal, aunque esa parte era de las más técnicas, fue mi parte favorita porque pude soltar mis frenos con confianza pues podía ver claramente lo que estaba frente a mi.

Gracias por invitarnos y dejarnos ser el primer grupo de ciclistas que rueden la pista. Ojalá tengamos la posibilidad de ponernos de acuerdo para ir a limpiar pues hay muchísimo potencial para un descenso de unos 25-30 minutos fluidos sin descanso a toda velocidad.

Ciro