Desde el Jueves pasado, nos pusimos de acuerdo para salir a rodar al día siguiente por la mañana. Así que el viernes nos dimos cita afuera de la central camionera, nos juntamos Frank y Edgar Maciel, Roge y yo. Los dos primeros además de mi, llegamos montados en nuestras bicicletas, mientras que Roge llego en su camioneta, que es una especie de "transformer", una Grand Cherokee sin ventanillas, sin techo, sin las puertas traseras y con lo que se supone que es la cajuela cortado de manera que casi es un pick-up.
Sin embargo, los cuatro potros de acero (mejor dicho de aluminio y carbono) además de los jinetes, no cabíamos en el vehículo por lo que nos dirigimos a la cochera donde los hermanos Maciel guardan su camioneta bicicletera, el problema era que personal de una de las más irresponsables y corruptas proveedoras gubernamentales de servicios básicos, (Comisión Federal de Electricidad) no lograron encontrar un lugar más inadecuado para dejar un poste de concreto, por lo que lo abandonaron justo enfrente del portón.
Después de una hora en la que construimos unas rampas con piedras y ladrillos para saltar el obstáculo con la camioneta, logramos sacarla y cargar las bicicletas, por lo que en vez de salir a las 8:00am (que ya era tarde) salimos a las 9:00am.
De ahí nos dirigimos al poblado de San Juan Tecomatlan, donde las festividades estaban presentes pues era 20 de Noviembre, día de la Revolución. Generalmente en un restaurante local hay un mesero que apoya como chofer, lleva a todos a la cima de la montaña y regresa la camioneta para regresar por ella, pero ese día, no estaba. Por lo que tuvimos que ir rodando por la carretera hasta casi llegar a Mezcala y subir por "La Pinera". Puedo asegurarles que esa subida fue la más agotadora e infernal que halla hecho en mi vida, en 3.8km ganas 460m de altura y en promedio tiene una angulación de 50º
Rogelio nos aseguro que lo que seguía eran 12kms de pura bajada fluida por senderos que el conocía perfectamente, la realidad fue otra. Primero bajamos por un camino con muchas piedras y muy técnico, luego recorrimos planicies donde corren caballos salvajes para después adentrarnos en el bosque hasta que... el camino se acababa, estábamos perdidos, nos regresamos, recorrimos otras veredas (que tampoco eran las correctas) hasta que encontramos la que si era, pero ahí mismo, mis dos llantas se pincharon.
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El Roge filosofando a un lado de un caballo |
Al final, después de andar por unas 3 horas arribamos a la presa de San Juan Tecomatlan donde nos esperaba Roge quien se adelanto para acercar la camioneta. Y a pesar de ser un día lleno de contratiempos y problemas, vivimos lo que es el enduro además de la amistad y la solidaridad que siempre estan presente en el ciclismo
Espero volver en cuanto me recupere al mismo lugar, para conquistar esa piedra que me tiro y tener más diversión, además, para la próxima semana esperen un video de la ruta grabado con la go-pro.
Ciro
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